" El astro está sometido al sabio, ha de regirse por él, y no él por el astro. El astro sólo rige, gobierna, coacciona y fuerza al hombre que aún posee en si una fuerte naturaleza animal, y que no puede hacer mas que seguirla –como el ladrón no puede rehuir a los galgos, el asesino a la rueda del tormento, el pescador a los peces, el pajarero a los pájaros o el cazador a la caza-.
Pero ello se debe a que un hombre así no se conoce a sí mismo y no sabe utilizar las energías que yacen ocultas en él, y no sabe que también lleva el astro en sí, que es el Microcosmos y guarda en sí todo el firmamento con todas sus potencias. Por eso con razón puede ser llamado necio y tonto y ha de estar sometido en dura esclavitud a todo lo terreno y mortal".