El Gran Priorato de México, a nombre de todos quienes a él pertenecemos, lamentamos el sensible fallecimiento de los pequeños de la guardería ABC, en el Estado Mexicano de Sonora, y nos unimos a las oraciones elevadas por ellos y sus familias, acompañándolos, solidariamente, en su dolor
NON NOBIS
¡Oh Jesús, único consuelo en las horas eternas del dolor,
único consuelo sostén en el vacío inmenso que la muerte causa entre los seres queridos!
Tú, Señor, a quién los cielos, la tierra y los hombres vieron llorar en días tristísimos;
Tú, Señor, que has llorado a impulsos del más tierno de los cariños
sobre el sepulcro de un amigo predilecto;
Tú, ¡oh Jesús! que te compadeciste del luto de un hogar deshecho
y de corazones que en él gemían sin consuelo;
Tú, Padre amantísimo, compadécete también de nuestras lágrimas.
Míralas, Señor, cómo sangre del alma dolorida,
por la perdida de aquel que fue deudo,
queridísimo, amigo fiel, cristiano fervoroso.
¡Míralas, Señor, como tributo sentido que te ofrecemos por su alma,
para que la purifiques en tu sangre preciosísima
y la lleves cuanto antes al cielo, si aún no te goza en él!
¡Míralas, Señor, para que nos des fortaleza, paciencia, conformidad
con tu divino querer en esta tremenda prueba que tortura el alma!
¡Míralas, oh dulce, oh pidadosísimo Jesús!
y por ellas concédenos que los que aquí en la tierra
hemos vivido atados con los fortísimos lazos de cariño,
y ahora lloramos la ausencia momentánea del ser querido,
nos reunamos de nuevo junto a Ti en el Cielo,
vivir eternamente unidos en tu Corazón. Amén.