PRIORATO TEMPLARIO DE MÉXICO

PRIORATO TEMPLARIO DE MÉXICO

COMUNICADO ESPECIAL DEL PRIORATO MAGISTRAL DE MÉXICO, (SMOTH-MIT)


La Orden de los Pobres Caballeros de Cristo del Templo de Jerusalem en México, los verdaderos Caballeros Templarios en México bajo la Obediencia SMOTH-MIT (Supremus Ordo Militaris Templi Hierosolymitani - Maestrazgo Internacional Templario, con sede en Palma de Mallorca, España), rechazamos cualquier tipo de violencia, desmarcándonos de los asesinatos, atentados y actuaciones de esos denominados "Caballeros Templarios", que sin serlo, atemorizan desde el estado de Michoacán intentando implicar a la Orden del Temple en sus actividades delictivas, hechos que condenamos enérgicamente, queriendo dejar claro a la opinión pública que la Orden del Temple y más concretamente la SMOTH - MIT mexicana tenga algo que ver con los citados hechos.



Nos mantenemos como siempre al lado de las instituciones de la República Méxicana y nos ponemos a disposición de las autoridades en lo que fuera necesario para terminar con esta lamentable situación que pudiera levantar equívocos que bien pudieran ocasionar daños no deseados a personas dedicadas en cuerpo y alma a la ayuda a sus semejantes.








viernes, 30 de julio de 2010

¿Que cuantos años tengo?

Frecuentemente me preguntan que cuántos años tengo...
¡Qué importa éso!
Tengo la edad que quiero y siento. La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso. Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso, o lo desconocido.

Tengo la experiencia de los años vividos y la fuerza de la convicción de mis deseos.

¡Qué importa cuántos años tengo! No quiero pensar en ello.

Unos dicen que ya soy viejo y otros que estoy en el apogeo.

Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice, sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte.

Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso, para hacer lo que quiero, para reconocer yerros viejos, rectificar caminos y atesorar éxitos.

Ahora no tienen porqué decir: Eres muy joven... no lo lograrás.

Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma, pero con el interés de seguir creciendo. Tengo los años en que los sueños se empiezan a acariciar con los dedos, y las ilusiones se convierten en esperanza.

Tengo los años en que el amor, a veces es una loca llamarada, ansiosa de consumirse en el fuego de una pasión deseada.

Y otras un remanso de paz, como el atardecer en la playa.

¿Qué cuántos años tengo? No necesito con un número marcar, pues mis anhelos alcanzados, mis triunfos obtenidos, las lágrimas que por el camino derramé al ver mis ilusiones rotas...

Valen mucho más que eso.

¡Qué importa si cumplo veinte, cuarenta, o sesenta!

Lo que importa es la edad que siento.

Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos.

Para seguir sin temor por el sendero, pues llevo conmigo la experiencia adquirida y la fuerza de mis anhelos.

¿Qué cuantos años tengo? ¡Eso a quién le importa!

Tengo los años necesarios para perder el miedo y hacer lo que quiero y siento.


JOSÉ SARAMAGO