Esta palabra deriva del latín dolus, que significa dolor, que representa el dolor, aflicción o sentimiento, esto es, una reacción previsible ante una pérdida, fundamentalmente, en nuestra sociedad, la pérdida de un ser querido.
Esta reacción natural del organismo ante la pérdida es de carácter emocional, y altera sus formas de conducta ante su entorno, y este aflora en forma de tristeza, sufrimiento y pesar, básicamente, cuando el vinculo existente se pierde.
Freud nos dice que el duelo “ es la reacción frente a la pérdida de una persona amada o de una abstracción equivalente. El duelo tiene tres aspectos que lo caracterizan, que es el de ser INEVITABLE, ya que es una respuesta inherente del hombre, implica SUFRIMIENTO y es de vital importancia trabajar en el mismo, ya que tal sufrimiento, o se enfrenta o se esquiva, consiguiendo con ello hacer mas larga la agonía emocional, y demás, es un factor importante de CRECIMIENTO individual, ya que como vimos en las pérdidas, estas se dan a diario en el transcurso de nuestra vida, y eso de alguna manera nos deja una enseñanza, la entendemos como tal o la desechamos, la superamos o la sufrimos.
Dentro del duelo, existen una serie de factores que influyen en su proceso, (que hacen referencia a una pérdida física), que son las causas de la muerte, ya que dependiendo la forma de la misma es como nosotros asimilamos y entendemos o no lo sucedido, la relación afectiva o emotiva que se tenía con la persona perdida, algo muy importante, que es el apoyo que la sociedad, el entorno brinda a quien está de duelo, y quizá, a mi forma particular de ver las cosas, la mas compleja pero importante, la “autocuración”, la aplicación de nuestros medios personales, que dependen muchísimo de nuestras características personales o individuales, nuestra formación y la actitud.Para la mas importante autora tanatológica, Elizabeth Kübler-Ross, el duelo se divide en 5 etapas fundamentales:
-Negación: Cuando la persona se niega a aceptar que le ha ocurrido a ella.
- Rabia: Cuando el doliente sufre de enojo e ira del “por que le a pasado a él”
-Regateo: Cuando la persona dice “ok, me pasó, ayúdame y te prometo tal…”
-Depresión: Casi se llega a una aceptación, hay conflicto interno y tristeza profunda, la cual en ocasiones puede llegar a necesitar de tratamiento psicológico o psiquiátrico.
-Aceptación: Cuando la persona lo acepta de una manera racional, conciente y está preparado para seguir adelante con su vida.
Es increíble todo lo que encierra el duelo. El duelo, al que podríamos considerar como único, observamos que se divide de acuerdo a sus características:
NORMAL.- Es cuando el doliente ha aceptado y entendido su pérdida, y paulatinamente va sobreponiéndose a la misma y oscila desde el fallecimiento hasta los 2 años posteriores al mismo.
ANTICIPATORIO.- Básicamente lo viven quienes cuentan con pacientes terminales, ya que viven su agonía, pero tienen garantizada su muerte.
RETARDADO.- Aquel en el que la persona “vive normalmente”, aparenteente sin ningún tipo de pena o dolor, actuando de manera “ecuánime”, pero que a la larga aflora, y puede o no aflorar de una manera mas compleja y difícil.
CRONICO.- Lo vive quien no puede dejar atrás el pasado, quien recurrentemente piensa en las experiencias vividas pero pierde de vista su presente, conllevándolo a un “auto castigo” implicado en el aislamiento social.
PATOLOGICO.- Es aquel que rompe los esquemas de un duelo normal, ya sea en tiempo y/o forma, y que transgredí la integridad física y mental de la persona quien lo vive. Nuevamente, aquí se requiere de ayuda terapéutica profesional.
Es importante para cada uno de nosotros conocer que hay mas allá de lo que vemos cuando alguien tiene en casa un enfermo terminal o alguien que fallece.
No es tan sencillo, como se había dicho con anterioridad, que todos los que viven una pérdida, tenga la misma capacidad de procesamiento que nosotros. Nuestra responsabilidad es COMPRENDER, los procesos que han de vivirse, debe haber prudencia y respeto, y si ello implica mejor guardar silencio, que se haga el silencio.
Estos temas, también, pueden ser de utilidad en nuestra propia vida, y quizá podamos alcanzar a comprender muchas de las reacciones que tenemos, y que no significa que estemos mal. Solo somos una reacción a nuestro entorno…a nuestras propias pérdidas.
