La humanidad es siempre la misma, a pesar de sus lentos progresos intelectuales, morales y espirituales que le cuestan siglos. Todo ser que se destaca de la multitud por sus virtudes, por sus dotes, por sus aptitudes o facultades, despierta el odio y la malevolencia en los seres cuyo yo inferior domina por completo la personalidad; y en cambio engendra un amor puro y reverente, en los seres cuyo yo superior domina y manda a la personalidad
lunes, 25 de mayo de 2009
PUREZA
La humanidad es siempre la misma, a pesar de sus lentos progresos intelectuales, morales y espirituales que le cuestan siglos. Todo ser que se destaca de la multitud por sus virtudes, por sus dotes, por sus aptitudes o facultades, despierta el odio y la malevolencia en los seres cuyo yo inferior domina por completo la personalidad; y en cambio engendra un amor puro y reverente, en los seres cuyo yo superior domina y manda a la personalidad